domingo, 17 de agosto de 2025

LOS DÍAS PERFECTOS, Jacobo Bergareche

Novela

Libros del Asteroide

2021

184 páginas

Los días perfectos abre con una cita de Abderramán III en la que dice que tras muchos años de reinado y de poder podría resumir su vida en los exactamente 14 días perfectos en los que fue feliz. Dificilísimo establecer el concepto de día perfecto. Si uno se pone quisquilloso solo habría, como máximo, un día perfecto en el sentido de no mejorable, ya que de ser mejorado por otro, aquel pasaría a no ser ya un día perfecto. 
El libro de Jacobo Bergareche me ha dejado dividido: por un lado he apreciado citas, detalles, la investigación sobre William Faulkner y su amente durante varios años Meta Carpentier, las cartas y las viñetas, pero por otro lado he encontrado demasiados lugares comunes, la elongación de un tiempo que necesariamente fue breve y corrió a una velocidad de vértigo. Como hallazgo es ese de que lo que no se cuenta no existe, desaparece. Como exceso, la cantidad numerable pero extensa de cosas que se pueden hacer en siete días de enamoramiento en dos años y una cierta estulticia del protagonista.
El libro se estructura en dos largas cartas, una a su amante (que al parecer ya no lo será más) y otra a su esposa con la que lleva 17 años y su vida conyugal se ha convertido en tediosa. 
La de la amante mexicana es una historia fuera del tiempo, fuera del espacio que usualmente habita el protagonista: un congreso en Austin (Texas). Narra toda la intensidad, toda la pasión, todos los tópicos que recorren dos amantes durante breves días a lo largo de dos años consecutivos. Romanticismo y erotismo.
La de la esposa es un monólogo sobre la historia de la pareja, los intentos por revitalizarla entremezclados con historias de sus tres hijos en común, los intereses distintos de cada cuál y en el fondo un intento moralizante de volver a ser la pareja iluminada que eran. 
En medio de las dos cartas y atravesándolas de forma transversal está la historia de Faulkner y Meta. Todo el libro parece estar inspirado en la frase que se repite profusamente el protagonista: Entre la pena y la nada, elijo la pena. La frase está en el libro de Faulkner Las Palmeras Salvajes, pero también la repite en una carta a su amante Meta.
En todo caso, el libro ha servido para meditar sobre la vida, sobre los días más o menos felices, más o menos perfectos. Sobre si somos conscientes de esos días cuando los vivimos o no es hasta que nos los narramos o los recordamos cuando pasan a ser días míticos. 


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