viernes, 27 de junio de 2008

Euforia

Símbolos por doquier recuperados para el común de los españoles, las caras pintadas como si se tratase realmente de algo importante, una lucha, un simulacro de guerra, juegos modernos de distensión, de catarsis, de ritualización, de canalización de las pasiones más primarias: fútbol. La euforia produce olvido del resto de cosas que unas horas antes parecían importantes. Los medios de comunicación están desbordados con las noticias futbolísticas y ya no conceden importancia a los asuntos que les ocupaban días antes. Hay grados de euforia, pero en todo caso es no pensada, no filtrada, no racionalizada, de forma que aún en medio de una crisis se volverá al consumo masivo, a la única forma de ocio que existe para paladares no educados: consumir. Lo que no se paga no se valora, en el engaño capitalista del que somos menos conscientes. En fin, bienvenida sea la alegría común en este país cainita.

jueves, 26 de junio de 2008

Burocracia

La inflexibilidad burócrata sobre la que tantos chistes ha dibujado el genial Forges, existe. Sirve par a ahorrar trabajo a la administración, para descartar la creatividad, pero sobre todo para discernir entre quienes son tolerantes y quienes son inflexibles, entre quienes son sumisos y quienes son autónomos y obedecen más por justicia o por lógica que por capricho o simple superioridad en el rango. Yo no estoy por la labor de obedecer a cualquiera por el simple motivo de que ostente un puesto de rango superior, no conseguido por capacidad o por mérito, o más bien por méritos discutibles. Sobre todo en la función pública y en puestos derivados de coyunturas políticas. Esto me ha traído, me trae y me traerá problemas, pero es seguro que con esta especie de orgullo, viviré más a gusto conmigo mismo. Este es el problema del razonamiento lógico, que choca contra las pequeñas tiranías derivadas de desempeños mediocres de puestos de cierta relevancia local. En fin, la administración, y por ende todos un poco somos los que salimos perdiendo.

miércoles, 11 de junio de 2008

La precipitación

Quizás la calma sea sea uno de los atributos de la sabiduría. Al contemplar la precipitación con que se ha abastecido una buena parte de la población he sentido lo débil que es la educación y el pensamiento frente a los instintos básicos, tan fáciles de despertar. Parece que ha llegado el Apocalipsis escuchando a determinadas personas, cuando en realidad, esto es un juego en países desarrollados. Es cierto que es un juego que se puede escapar de las manos de quienes lo juegan pero mi opinión es que antes de que llegue la sangre al río literalmente, esto se atajará. Las cosas de este tipo por la experiencia de otras veces, terminan siempre por arreglarse en plazo.
Por otro lado me parece educativo lo que está pasando, que nos planteemos el valor real de la comida y del resto de bienes que disfrutamos a cambio de dinero o de trabajo si se prefiere. Tal vez alguien se esté dando cuenta de que despilfarramos demasiado, de que no somos consecuentes con la teoría ya medio aceptada de ser respetuosos con el medio ambiente. Pensaba esta mañana mientras caminaba hacia el trabajo en que no estaría mal que no llegaran cigarrillos para que algunos dejaran de fumar, por ejemplo. En fin, quizás aprendamos algo de esta huelga del transporte.