Alianza Editorial
2020
439 páginas
Interesantísima autobiografía de este polifacético neoyorquino que ha realizado más de cincuenta películas, cómico, director de cine, guionista, clarinetista y escritor de relatos.
En estas memorias aporta abundantes datos sobre el mundo del cine en EEUU durante más de setenta años, anécdotas sobre realizadores, actrices y actores, directoras y directores de fotografía, de montaje, de casting. En ellas se aprecian muchas cosas, desde el cambio que ha experimentado el cine en estas décadas hasta el lujo, el glamour y el dispendio monetario, una vida llena de derroches bastante obscena en ese sentido.
Había visto algunas películas de este autor pero no era fan suyo; algunos artículos en la época del Mee Too me habían hecho pensar que el hombre había abusado de una menor, hija adoptiva suya y de Mia Farrow cuando tenía siete años. El tema ocupa una buena parte del libro y me ha hecho leer más artículos y revisar el tema. Woody Allen se había separado de Mia Farrow después de una relación de trece años y se había enamorado de otra de las hijas adoptivas de ella, Soon-Yi con la que sigue casado después de más de veinte años. En mi opinión fue una venganza larga y cruda de su ex-pareja hacia él y el abuso no tuvo lugar.
Woody cuenta su infancia en Brooklyn, sus comienzos como escritor de gags y chistes para otros primero, y luego como cómico él mismo. Él dice que ha tenido mucha suerte en la vida y que lamenta no haberla aprovechado para "realizar una gran película". Alguna de las que yo he visto sí la considero una gran película, aunque mi opinión no sea muy válida a este respecto.
Suerte sí que ha debido de tener un tipo neurótico e inseguro como él se define, porque ha vivido en los mejores lugares de Manhattan, comido en los mejores restaurantes del mundo, se ha alojado en hoteles a los que la mayor parte de las personas no tienen acceso, ha trabado amistad con muchos escritores, cineastas, actores y actrices y ha hecho lo que más le gustaba que era escribir sus propias historias y dirigir sus películas con gran libertad.
En el libro habla de muchos detalles de sus películas, medio en serio medio en broma, con un estilo satírico habitual en sus guiones: el chiste salta en el momento más lógico y serio del razonamiento, cuando más desprevenido está el lector.
Cuenta también sus noviazgos con hermosas mujeres y se las apaña para ser crítico en el momento en el que más las está alabando.
El libro bastaría en sí mismo para ser una introducción a todo el cine occidental durante al menos los últimos setenta años, del que realiza un barrido elegante y concienzudo.
En resumen, lo he pasado muy bien leyéndolo, me han entrado ganas de ver algunas de las películas que no he visto de este autor y, aunque el estilo de vida me ha parecido obsceno, el relato me ha parecido hermoso.
