lunes, 14 de abril de 2008

Equilibrios

Qué difícil establecer equilibrios vitales, entre lo que se tiene, lo que se quiere, lo que es posible, y la vida misma. En algunos instantes del día uno se siente afortunado, otros por contra quisiera desdoblarse en varios sujetos, envidiando cada historia conocida y aún incógnita, imaginada, inventada. Y sin embargo vivir consiste en eso, salvo cuando la propia subsistencia está en juego, cuándo uno no tiene tiempo siquiera de pensar en veleidades acuciado por otros problemas más urgentes. Cuando los mínimos vitales están cubiertos, la clave consiste en regenerarse, ir inventando nuevas metas, cultivar aficiones y amistades, sentirse útil, huir del aburrimiento y de la rutina. Es fácil de decir, pero a veces se agotan las energías y es imposible plantearse nada. Hay días en los que a duras penas conseguimos componer la figura, asearnos, mantenernos erguidos, en los que lo que pide el cuerpo es hacerse un ovillo y quedarse quieto esperando...

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