viernes, 21 de diciembre de 2007

Conocer a alguien

Conocer a alguien depende del lugar y de la circunstancia (me ha salido sin querer el título de un conocido libro de poemas de Bertotl Brecht: el título completo es "Poemas del lugar y de la circunstancia", y aún no he terminado su lectura, si es que un libro de poemas se termina alguna vez). No es lo mismo por ejemplo conocer a tu futura pareja en tu trabajo (algo que se supone serio e importante), que conocerla en la barra de una discoteca en una noche loca o en una triste noche en la que nada estaba saliendo como tú pensabas y te aferras a un clavo ardiendo. No es lo mismo conocer a un futuro amigo haciendo deporte (en las situaciones de extrema tensión y de altas pulsaciones es casi imposible ocultar la personalidad intrínseca de cada cual), que conocerlo mientras estudias o a través de otros amigos.
Sin embargo, cuando conoces a alguien de otra manera, a través de una casualidad, del azar o fruto de la voluntad de una de las partes, las más de las veces resulta un argumento de novela o de película. Aunque se guarde en secreto, esa forma de conocimiento influirá en el futuro de la relación con mucha seguridad.

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