“No hay otra palabra posible. Pues eso es lo que
fue. Una propina.
Una propina, estos diez años pasados.
Vivo, sobrio, trabajando, amando y
Siendo amado por una buena mujer.”
Una propina, estos diez años pasados.
Vivo, sobrio, trabajando, amando y
Siendo amado por una buena mujer.”
Raymond
Carver “Un sendero nuevo a la
cascada”
Últimas palabras
Lees las últimas palabras del escritor,
un poema con el que trató de darse ánimo
días antes de su muerte.
El poema ha sobrevivido;
su mujer lo rescató de un olvido previsible,
su editor le dio una larga vida extra;
aún transmite tristeza y produce compasión.
En mis días tristes evoco aquellos ojos
que no conozco, que no merezco,
ojos que amaron, que visitaron el averno
sumidos en alcohol, y regresaron.
En mis días compasivos lloro su angustia,
observo la pila de suplementos sin leer,
las pocas ideas de futuro,
el trabajo dilapidado en cápsulas minúsculas.
Yo no estuve aquí, nadie me halló;
una brisa de fatalidad sacó algún pensamiento
de mi mente campesina condenada
a vagar por caminos de belleza cereal.
Nadie sabe cómo termina la historia,
con qué exacta palabra, con qué lugar común,
qué abrazo o qué susurro será el postrer,
de qué historia ya no podré desprenderme.
Eduardo Izquierdo
Valladolid 2
de mayo de 2014
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