jueves, 20 de mayo de 2010

Sueños

Hoy soñé que celebraba el nacimiento de nuestra hija con Moët-Chandon pulcramente servido en vasos de plástico blancos, y que brindábamos con abundante champagne antes de ir a trabajar. Un sueño surrealista como otro cualquiera, aunque en este caso podría llevarse a la práctica: tan sólo es necesario un poco de dinero para llevarlo a cabo. Eso sí, crearía un precedente importante y así, cualquiera que quiera celebrar algo tendrá que superar este listón tremendo o su celebración no valdrá para nada, será inmediatamene comparada con aquella del champagne en vasos blancos de plástico. 
 Estas ideas maximalistas a veces producen buenos resultados: por ejemplo, si un profesor pone muchos ejercicios, y continuamente dice que el problema es que los alumnos apenas trabajan, lo que deberían hacer estos estudiantes es realizar ejercicios a destajo durante unos días, tantos, que el profesor no haga otra cosa que corregirlos (y si no lo hace, apremiarlo constantemente para que lo haga); seguramente ese ritmo infernal de trabajo no será fácil de sostener...
Siempre he pensado que el egoísta inteligente debería actuar con máxima generosidad..., pero esta idea la desarrollaré otro día.



No hay comentarios: