miércoles, 10 de junio de 2009

Ciencia en la sociedad

Quizás no está en el espíritu del ciudadano español nada relacionado con la investigación científica, o con la producción de artículos científicos al nivel que sea. Quizás tiene que ver con la educación, con el modelo consagrado en el último siglo de un profesor que dice cosas que los alumnos pueden o no escuchar, asimilar, comprender. Nada de experimentación, nada de aprendizaje propio, nada de ciencia. La transmisión vertical del saber conlleva elitismo, conlleva falta de motivación, conlleva el que la cultura científica en la sociedad esté infravalorada y apenas exista. Me maravillo en otros países como Francia sin ir más lejos, en el cualquier ciudadano posee conocimientos científicos que aquí en España se consideran casi de élite. Hace tiempo leí en algún periódico un artículo en el que se hablaba de esta incultura científica en la calle y proponían una sencilla prueba: preguntar a cualquier ciudadano que nos explicase porqué se producían las estaciones. Incluso en el caso en el que se ofrecieran varias respuestas a la pregunta para poder elegir, la mayoría elegía la que decía que en verano estaba más cerca el sol de la Tierra, y en invierno más lejos. La única ciencia que llega hoy a los ciudadanos es a través de medios de comunicación poco especializados, en ocasiones mal transmitida o de forma errónea o incompleta. Me he dado cuenta este año en el que no he trabajado por una excedencia que la mente si la dejas al libre albedrío, sólo pendiente de los medios de comunicación, tiende a atrofiarse. Se echan en falta revistas especializadas de divulgación en vez de tanta revista del corazón. Ahí reside uno de los errores fundamentales de nuestra sociedad.

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