sábado, 21 de marzo de 2015

LA LUZ CON EL TIEMPO DENTRO, Antonio Gonzalo


Título original: La luz con el tiempo dentro
Año: 2015
Duración: 107 min.
País: España
Director: Antonio Gonzalo
Guión: Teresa Calo
Música: Javier Cámara
Fotografía: Alberto Muñoz
Reparto: Carlos Álvarez-Nóvoa, Marc Clotet, Tamara Arias, Ana Fernández, Alex O'Dogherty
Productora: Magenta Films
 Magnífica e intimista película sobre la vida del poeta Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí. Inquietudes, dudas, amor, diálogos basados en sus poemas, todo ello situado en los tormentosos años previos a la República,  después ésta, y más tarde la guerra y el exilio americano. 
Juan Ramón es un poeta delicado y escogido al que Zenobia conforma, moldea, organiza, y en cierto modo rescata para la vida, y para la escritura. Es un poeta obsesivo de la corrección de la síntesis poética, atormentado e hipocondriaco, pero genial en su voz poética, en su renovación de la lírica, en su concepción del poema. 
Por la película pasan todos los grandes artistas y pensadores españoles de su época, Machado, Sorolla, Lorca, Alberti, Azaña, Pau Casals, algunos de ellos influenciados por Juan Ramón, por su concepción y evolución poética alejada ya del modernismo de sus primeros tiempos. 
En la narrración se entremezcla la vida del Juan Ramón joven con la del poeta ya maduro, exiliado en Puerto Rico, con Zenobia muy enferma y el poeta a punto de recibir el Nobel y después ya con ella difunta y él con la razón casi ausente. Entonces el protagonista repasa su vida, su poesía, en monólogos exquisitos, basados en sus poemas, repasa al mismo tiempo la historia de España en los años previos al exilio, el ambiente revolucionario, la gran creatividad de entonces y algunos hitos de su vida en común con Zenobia.
El guión está muy conseguido y la película es muy bella, pese a la gran dificultad de exhibición en cines, copados por películas de acción americanas y continuos estrenos infantiles. 
Disfruté mucho de las imágenes, de la música y de la palabra: armonía, ideas, sensibilidad, ideal de belleza en suma.

 
 


viernes, 6 de marzo de 2015

POETA EN NUEVA YORK, Federico García Lorca


Poesía
Galaxia Gutemberg
2013
318 páginas

¡Qué descubrimiento!
¡Qué orgía de palabras!













Lorca: Poeta en Nueva York


La música sorda sobrevuela una mezcla

de presagios, cenizas de la civilización,

el despertar a la consciencia surrealista,

voz del caballo, de la iguana, simbolismo.



Los automatismos aparentes no existen:

el autor soterra la percepción de una ciudad

presa de la Gran Crisis, cieno, drama social,

el dinero o la negritud, la alienación de la urbe.



Colorista, hurga en sí mismo, preconiza,

alterna la técnica de fondo con el impresionismo,

cada verso es una incitación a la locura poética,

sangre, lujuria colectiva de vísceras.



Lorca corrector, Lorca preciosista,

Lorca solo en medio de una vastedad terrible,

vómitos y orines, desgracias infantiles,

teléfonos diamantinos, desmitificación del paraíso.



El Hudson emborrachándose de aceite,

¡dios mío! Hilillos de aceite brillan en el agua,

Muchachos en la arena, cuerpos, mariposas

en la barba del viejo Walt Whitman.



Escucho cantar un vals a Leonard Cohen,

¡ay, ay, ay! Take this waltz, el pequeño vals

vienés de Lorca, la música otra vez, la adoración,

el impulso creativo irrefrenable en la lectura.



Él ha condensado el mundo, el de aquí,

el de allá, el de todas partes, todas las pulsiones,

la vida por encima de todo, la muerte al acecho,

y una vorágine de metáforas que te engulle.